Desconfianza ciudadana. Por María Jaraquemada

“¿Qué pasa si nuestros partidos políticos no han podido despegar por menos del 10% durante más de 10 años? Algo similar está sucediendo con el Congreso y los tribunales con calificaciones ligeramente más altas. No hay duda de que llevamos un tiempo inmersos en una crisis de confianza institucional”, advierte el director ejecutivo de Chile Transparente.
Como viene siendo habitual, la encuesta del CEP revelada hace unos días correspondiente a los meses de abril y mayo de este año dio mucho que decir y analizar, prioridades de los ciudadanos con un fuerte aumento de la seguridad -por supuesto-, a las figuras políticas más apreciado por los ciudadanos.
Uno de los temas que también ha sido analizado es la confianza (o falta de confianza) de los ciudadanos en diversas instituciones de gran importancia para nuestra democracia y nuestra sociedad. Como esta información se ha recopilado durante años, se puede hacer una comparación interesante de su evolución en el tiempo y en momentos clave, como después de la ruptura.
En esta nueva edición podemos ver un aumento (no muy sustancial en la mayoría de los casos) del bajo nivel de confianza que han tenido nuestras principales instituciones en los últimos años, con la excepción de los partidos políticos (estancamiento en un bajísimo 4%, el la más baja de todas las evaluadas), las Iglesias Católica y Evangélica (20% y 21% respectivamente), la Convención Constitucional (pasando de 24% a 22%) y las Comunas que se mantienen en 24%, frente a la medida realizada en agosto de 2021 .
Las tres instituciones mejor valoradas son universidades (54%), PDI (45%) y radios (44%). En la parte inferior de la tabla, como suele ocurrir en muchas de estas medidas, se encuentran los partidos políticos y el Congreso (10%). Sin duda, estas no son cifras alentadoras, a excepción de las universidades, la mayoría de nuestras instituciones no tienen buena confianza por parte de más de la mitad de los encuestados.
¿Qué pasa si nuestros partidos políticos no han podido despegar por menos del 10% durante más de 10 años? Algo similar está sucediendo con el Congreso y los tribunales con calificaciones ligeramente más altas. No cabe duda de que llevamos un tiempo inmersos en una crisis de confianza institucional. Sin embargo, entidades como los Carabinieri y las Fuerzas Armadas, que han tenido que enfrentar grandes desafíos por casos de corrupción y violaciones a los derechos humanos, logran recuperar y poco a poco recuperar su prestigio, mientras que al igual que los municipios, que también nos sorprenden periódicamente con una u otro escándalo o investigación.
Me aventuro con una posible respuesta. En el caso de todas estas últimas instituciones, tienen un rol cotidiano con los ciudadanos -ya sea la provisión de bienes y servicios públicos, el mantenimiento del orden público o la asistencia a las comunidades- lo que probablemente hace que tengan un día más- Relación del día a día y del día a día. con las personas, generando mayor cohesión y, de esta manera, confianza. Es motivo de gran preocupación que el Congreso, el órgano representativo en si de nuestras democracias y partidos políticos, llamados a mediar entre los ciudadanos y el Estado, por otra parte, no parecen ser percibidos como tales por los ciudadanos y, por el contrario, se perciben a sí mismos como egocéntricos y gobernantes para sus propios intereses. Y ello a pesar de hacer oídos sordos a todas las súplicas transversales y de aprobar sucesivas retiradas de pensiones durante los dos últimos años, con el consiguiente perjuicio para la economía y las pensiones. Incluso eso no les impidió hundirse en la clasificación.
Por supuesto, este no es solo nuestro problema: en democracias bien establecidas, hay preguntas sobre la democracia liberal representativa y cómo insuflar más vida a los partidos y acercar el gobierno a los ciudadanos. Pero nuestros números no son solo para preocuparse, sino para tener cuidado. Lamentablemente, estas instituciones parecen haber normalizado esta desconfianza ciudadana y no se preocupan realmente por medidas de mediano o largo plazo, sino por lo que es el pan de hoy pero lo que seguramente será el hambre de mañana.