Se necesitaron seis meses para que el mundo alcanzara los 10 millones de casos confirmados de coronaviruspero poco más de seis semanas para que ese número se duplique.
El número global de infecciones conocidas de COVID-19 superó ayer los 20 millones, con más de la mitad en solo tres países: Estados Unidos, India y Brasil, según un conteo que lleva la Universidad Johns Hopkins.
La cantidad promedio de casos nuevos por día en los Estados Unidos ha disminuido en las últimas semanas, pero sigue siendo alta en más de 54,000, en comparación con casi 59.000 en India y casi 44.000 en Brasil.
La grave y sostenida crisis en Estados Unidos -más de cinco millones de casos y 163.000 muertos, fácilmente la totales más altos de cualquier país – horrorizó y sorprendió a muchos en todo el mundo, dado el ingenio científico tan cacareado de la nación y lo lejos que estaba de Europa y Asia en la preparación.
Sudáfrica, Colombia, México, Perú, Argentina, Rusia y Filipinas completan la lista de los 10 principales países que contribuyen con la mayor cantidad de casos nuevos al recuento mundial desde el 22 de julio, según muestra un análisis de datos de Associated Press de Johns Hopkins hasta el lunes.
El número real de personas infectadas con el virus en todo el mundo sería mucho mayor, posiblemente 10 veces mayor en los Estados Unidos, según el Centros de Control y Prevención de Enfermedades – Dadas las limitaciones de las pruebas y los muchos casos leves que no se han informado o no se han reconocido.
Algunas de las naciones más afectadas son aquellas cuyos líderes han minimizado la gravedad de la COVID-19, socavado los consejos de los expertos en salud y promovido remedios no probados.
El presidente de los Estados Unidos, Donald TrumpEl presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, rara vez usan máscaras y se han resistido a los llamados a confinamientos más estrictos.
Trump y Bolsonaro han promovido el fármaco antipalúdico hidroxicloroquina a pesar de que los estudios han demostrado que es inútil contra el virus, con efectos secundarios potencialmente mortales.
Estados Unidos, con alrededor del 4% de la población mundial, representa alrededor del 25% de las infecciones por coronavirus conocidas y el 22% de las muertes.