«No significa fracaso total»
El escritor y periodista, el exconvencional Patricio Fernández, que vota Aprueba, no es de los que creen que si gana el Rechazo vendrán tiempos oscuros, como decía Teillier. “No estoy interesado en lo que dice Teillier en esta historia. No creo que lo que se abre sea un período oscuro, que vayamos rumbo al desastre y que el país se derrumbe.
-Parte del centroizquierda está por el rechazo. ¿Por qué crees que la aprobación es una mejor opción?
-Me convencí, cada vez con más claridad, de que el mejor camino es la aprobación. En primer lugar porque refleja las grandes preocupaciones expresadas por la comunidad en los últimos años. Este me parece un camino más consistente para entender que estamos en un proceso continuo que no terminará en aprobación o rechazo.
Creo que el acuerdo formal reciente para las reformas del texto debe continuar aumentando y ampliándose. En otras palabras, los sectores que no se sintieron plenamente representados por la propuesta, en particular los sectores de derecha, podrían encontrar su lugar en las sucesivas etapas.
Eso sí, creo que el Rechazo abre espacios de incertidumbre hacia delante que no me parecen felices ni aconsejables.
-¿Sería un fracaso para ti ganar el Rechazo? Estuviste allí durante un año.
– Personalmente, no puedo ver algo que ha sido una curva de aprendizaje gigantesca como una pérdida de tiempo.
Ahora tiene algo de falla en el sentido de que no llega al puerto que uno hubiera esperado. ¿Tienes algo de profunda derrota? Sí, inevitable, indiscutible. ¿Significa esto el fracaso total, la ruina? No. En caso de triunfo del rechazo, hay un proceso en el que deben involucrarse todos los demócratas convencidos, porque hay algo que no termina, que queda en un espacio muy inacabado.
-¿Cuál fue el gran error de la Convención, que tenía un 80% y ahora la mitad?
– Me parece que el error político, fruto de la inexperiencia, fue marginar muy rígidamente a los sectores de derecha que estaban dispuestos a participar en esta construcción.
-Algunos dicen que algunos jugadores convencionales como Daniel Stingo, Baradit, Bassa juegan para Rejection. ¿Es así?
-Mira, sin entrar en nombres, todos aquellos que anteponen sus propias voluntades, sus autorreferencias, sus propios sentimientos en lugar de abrirse a la investigación colectiva, no son precisamente aportes para el triunfo de la Aprobación, ni para la construcción que aquí definitivamente se requiere.
-Se suele decir que el PC tuvo mucho poder en la Convención. ¿Estás de acuerdo?
– Algunos fantasmas han sido reemplazados por otros para explicar algunas cosas del Pacto; primero, fue la Convención de Atria; luego fue la Convención de García Linera, y finalmente fue la Convención de Barraza. Cualquiera que haya estado dentro, lo único que puede descubrir es que había mundos dispersos, divididos, que apenas construyen un discurso coherente. Los asientos reservados no son un bloque. La derecha no era un bloque.
-La lista popular se ha roto varias veces….
-Así fue como sucedió. Dentro del grupo del Frente Amplio, hubo diferencias significativas. Dentro de los autónomos no neutrales también. Dentro del Colectivo Socialista también hubo algunos. No había Pied Piper en esta historia. Hubo búsquedas complejas de soluciones y acuerdos.
Dos tercios en este sentido eran ricos. Cuando decimos hoy que hay demasiadas cosas abiertas en el texto, respondo: es un gran acierto del minimalismo. Hay muchas reglas, es cierto. Cualquier estándar es maximalista, no. Cada regla permitía hasta dos tercios.
Es cierto, pues, que la derecha no ha marcado pautas desde su sector. Pero, ¿es cierto que la derecha no participó en la evolución de las reglas? Falso.
-¿Qué es lo que menos le gusta del texto final?
-Lo que menos me gusta, los espacios más discutibles son paradójicamente los que se han generado en las comisiones más técnicas, periciales y políticas, por ejemplo Sistema Político. Era la comisión donde estaban los constitucionalistas.
Todos hemos tenido el apoyo de expertos, nunca he votado por una norma sin consultar a mis asesores legales.
Si nos fijamos bien, el espacio en el que nos encontramos más discutibles es el que reunió a los convencionalistas más “expertos”. ¿Dónde estaban los constitucionalistas en la Convención? ¿Dónde estaban los políticos más representativos de los partidos? Sistema político y justicia.
– ¿Cómo describirías la experiencia?
-Es una experiencia muy diferente a vacacionar en una playa del Caribe. Pero es intenso, complejo, extremadamente agotador, extremadamente exigente. Pero al mismo tiempo entrenador. Era como un doctorado en la universidad más sofisticada del mundo. Cansado, sí. Extraordinario también.
-El Gobierno se ha abierto a la posibilidad de que gane el Rechazo. Se llegó a un acuerdo de reforma y Boric se ofreció a hacer una nueva Convención. ¿Cómo recibe la intervención del gobierno en el proceso?
-Es obvio que un gobierno no puede ser apresado por ninguna de las posibilidades del resultado de un evento electoral. Y la tarea del gobierno es llevar a cabo este proceso por el camino que prefiera la mayoría de los chilenos.
Que el presidente no esté abierto a la posibilidad de rechazo sería indignante. Dicho esto, entiendo que al gobierno también le resulte más llevadera, constructiva y práctica la vía de aprobación.
Además, hay algo importante: hay quien dice que el acuerdo sobre las reformas propuestas por los oficialistas es como una renuncia y algo que hace de mala gana para aumentar las posibilidades de victoria.
Estoy seguro que en el socialismo democrático, y también en la persona del Presidente, hay una convicción y una voluntad de hacer estas reformas y estas mejoras.
-¿Si ganas el Rechazo se abre un período incierto, oscuro, como decía Teillier?
– No me interesa lo que dice Teillier en esta historia. No creo que lo que se abre sea un período oscuro, que vayamos rumbo al desastre y que el país se derrumbe. Estos diagnósticos rotundos me parecen muy lejanos. Sea cual sea el resultado, obligará a los que tengan la buena voluntad y quieran construir juntos este país, a emprender este camino.
Lo que yo creo es que el rechazo hace incierto el proceso, porque la derecha pasa a tener una fuerza muy radical en decidir por dónde ir. Lo que queda de la base es la Constitución de 1980, y cambiarla requerirá rendirse a la derecha que está dispuesta a reformarla.
Por eso creo que hay un retroceso importante. Quisiera creer que en caso de una victoria del Rechazo, los sectores de derecha en su mayoría están listos para integrar los principales pilares que establece esta propuesta constitucional. Cualquier intento de ignorarlos o minimizarlos es lo más bochornoso para el desarrollo moderno de este país.
-¿Qué vas a hacer ahora?
-Lo único que quiero es volver a mis temas y tener tranquilidad para escribir. Todo eso cansa.
-Por cierto, ¿te gusta la forma en que se redactó la nueva constitución?
-Me parece que está mucho mejor escrito de lo que se dice. La historia de convertirlo en un tonto es un gran éxito publicitario. Si le preguntas a especialistas en Chile y el mundo, no lo ven así. Las obras colectivas no pretenden ser del gusto de todos sus autores.